Benjamin Cuéllar
Murió Maggi, subdirectora del IDHUCA cuando llegué a
éste hace màs de trece años.
De ahí en adelante, entrañable colega y mejor amiga;
encarnación de la profesional solidaria con la causa
de los derechos humanos, sobre todo en El Salvador,
sin protagonismos personales ni institucionales.
Reservada y hasta tímida, no era de las que expresaban
mucho lo que sentían; pero cuando lo hacía, había que
sentirse halagado. A mí me hospedó en bastantes
ocasiones y durante las dos últimas me ocurrió
precisamente eso -el sentirme halagado- por dos cosas:
reunió amistades comunes en su casa por mi visita, la
primera; y, la más importante, me pidió que la
acompañara a ver a Damián, su hijo, jugando un partido
de football americano; me explicó el juego y la
función de Damián en el mismo, la vi emocionarse y
aplaudirle como buena madre. Me contó, esa y otras
veces, sus preocupaciones por ese joven inquieto y
rebelde; por la salud de su papá que después murió...
La extrañaré en las audiencias de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, con su mirada y su
sonrisa especiales; en los eventos por las víctimas y
la justicia acá en El Salvador; en la lucha contra la
impunidad en el caso jesuitas; en las coordinaciones
para hacer algo con sus investigaciones y
publicaciones; en cada persona que acude esperanzada
al IDHUCA, del que nunca salió...
Benjamín Cuéllar
idhuca@yahoo.es
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